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Porto-Rican Folk-Lore.
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En fin me despido
de estos alrededores;
voy a coger flores
a un jardín florido.
Oye lo que digo
con tu resplandor;
sin quedar pudor
a tus bellos piés,
siempre te amaré;
dame un girasol.

Adiós, vida mía,
hasta el año entrante
que vuelva a cantarte
con mucha alegría.
¡Qué feliz el día!
¡qué brillante el sol!
Con mucho honor
vendré a visitarte,
vendré a saludarte;
dame un girasol.

218.

Vengo saludando,
oigan mis cánticos,
linda azucenita,
sirena del mar.
Yo vengo a cantar
como los jilgueros,
que tono risueño
traigo siempre aquí;
pues te lo ofrecí
en este año nuevo.

¡Oh! ¡qué día feliz!
¡qué precioso viene!
traigo para ustedes
un lindo jazmín,
que yo lo cogí
del jardín de Veno.[1]
Y aquí te traemos
un ramilletito;
mira qué bonito
en este año nuevo.

Hoy con alegria
vengo a saludar;
paren de tocar,
suban para arriba.
A bailar en seguida
como caballero;
calle el instrumento,
deme usted la mano
que nos retiramos;
¡feliz año nuevo!

En fin, me despido
con gran sentimiento,
y le explicaré
por estos momentos
que por su amor siento
y me desespero;
no tengo consuelo
si no me da el sí;
y pase un día feliz
en este año nuevo.

219.

Luz de mi alegría,
flor de mi placer,
ya se llegó el día
de venirte a ver.

En grandes tormentos
se hallaba mi amor,
sufriendo y sintiendo
angustia y dolor.
Ahora estoy mejor
y siento alegría,
una mejoría;
ése es mi consuelo,
tirana del cielo,
ya se llegó el día.

Antes de salir
de mi cruel prisión
andaba el corazón
sin ningún sentido;
prefiero el morir
antes de perder
mi ingrato placer
que me cautivaba;
la vida yo daba
por venirte a ver.

Tu nombre cifrado
lo llevo en mi mente;
sólo con la muerte
se verá borrado.
Si tienes agrado
y el niño también

  1. Venus.